viernes, 22 de febrero de 2013

Nido narcótico de ensayo

Por fin llegó al campo de esmeraldas, del que nacen cientos de soles con rayos envueltos en nieve cálida. Sobre él vuelan algodones que cantan adivinanzas. Abraza el paisaje un inmenso lago añil. Lo observa, en silencio. Sus manos buscan el suelo tierno y su cuerpo se abandona lentamente al hechizo del momento. Los astros se entrelazan con el pelo mientras se sumerge en enigmas de espejos; pero la calma se ahogó con el océano inquieto que guardaba dentro. Cierra los ojos y empieza de nuevo, se repite todo, pero con otro ser acompañándola en la guarida de su universo.
- Es... realmente bello
- Terminé de pintarlo todo hace un momento, aun no está seco. No quise escurrirlo por si querías... no se.. tal vez mostrarme algo que tengas dentro. Algún color, una forma, un detalle... un sentimiento...
- ¿ Porqué me traes, si sabes que no puedo? Ya creé y mostré en su momento
- Porque allí fuera se agota el tiempo, siete sueños y después... No sé si te encontraré. He cambiado y hecho nuevo el refugio donde vivo y encuentro, he pensado mil maneras de decirte que eres mi numen desde aquel momento, que transformo lo malo en versos para soportar estar lejos y gritarte mis secretos, que soy arena movediza en el desierto pero a pesar de ello quiero que pises de nuevo, porque antes de que te hundas prometo, que cada gota yo te entrego.

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