lunes, 25 de febrero de 2013

Agarimo

Dermis grita llantos de dolor...Nada le golpea, nada le quema, nada le retuerce, nada...nada. Entonces la comprendo, necesita sentirse viva, necesita decirle a Epidermis que algo la está tocando. Cada pelo quiere elevarse, como ondas de mar en busca de La mano, esa mano que suavemente roce la piel, dulces caricias exploradoras...como una pluma que haga cerrar los ojos, ruborizar mejillas, humedecer labios...sentirla alrededor del cuello, que se convierta en una gota de agua para deslizarse poco a poco hasta el vientre y subir como humo por la espalda. Ahí ambos cuerpos pierden forma y se confunden entre ellos, sus pieles caen y olvidan que existe la palabra "barrera", dejando salir sus sentimientos, todos, incluso aquellos que no conocían...
(...Había olvidado que hermosos son los abrazos.)

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