lunes, 5 de febrero de 2018

No se si nací con ellas o viceversa . Son fieras hambrientas, llenas de odio, rencor, ira, desprecio...Auténticas bestias que necesitan desgarrar continuamente aquello que más quiero. Tranquilos, están bien sujetas, amaestradas a base de torturas psicológicas y físicas, vosotros y yo lo conseguimos haciendo de mi su cebo. Nos retroalimentamos a base de sangre y tiempo y solo que alguna vez asoman discretas y os asustan, quizás algún que otro mordisco a cambio de cien perdones y reverencias, una ínfima parte de lo que son capaces de hacer es suficiente para manteneros a justos metros, porque os quiero, y aunque muertos también, también os necesito y quiero. Así... Con la máscara pintada de piedras preciosas os brindo mi sonrisa más sincera y más hipócrita, el tiempo justo, cual princesa de las doce que guarda bien sus pulsiones reservadas para ella. Animal dominante en una selva que ya tiene dueños y reglas, buscando complacer un instinto de lucha y caza de su presa, de competencia por la tierra, de benditos impulsos incongruentes que a veces ríen y a veces hieren, porque cuando se trata de amor, hambre, sed y sueño puedo tragarme lo más bello sin tapujos ni misericordia. Tan grande la fuerza que albergo que no me queda más remedio que callarla en mis adentros, consumiendo su propio fuego amando y evitando todo aquello que más quiero, sufrirme yo, inventaros muertos.

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