domingo, 18 de febrero de 2018

Ecos

Muchas veces juego a verme en el otro,
mis ojos se convierten en cámara y me observo, 
me reconozco. Reconozco que son ecos de mí,
de otro espacio-tiempo. Los pensamientos,
juicios, emociones, acciones, palabras y un
largo etcétera rebotan en mis ojos,
en todo mi cuerpo. Y me veo.
Aquello que sorprende es oráculo, intuido
a veces en sueños. Aparecen entonces
los deja vu y deja vis. Cuando
te ves, comprendes... Va más allá de
la empatía, mucho más.
Al verme me siento y puedo ver
los retos que me pongo, para
superarme y para entender los límites,
que no existen, yo los pongo.
A veces me embobo y ciego por superarme,
quitar prejuicios, entender mi incongruencia.
Y lo vivo para luego no repetirlo,
para entender lo que no quiero,
a veces no basta con inferirlo
y me embarro por completo, me ciego.
Pues quiero entender a veces cayendo,
demostrarme que duele, para tener cuidado luego.
Cada vez tengo más claro lo que quiero
gracias a vivir lo que no quiero.
Me reconozco en todos, me acepto.
Ahora... ya es tiempo de escoger el barco,
mis compañeros, mis ecos más hermosos,
los más completos y sinceros, los que me
mantienen en continuo crecimiento y
tienen claro que vamos por el río correcto
con dudas constructivas remadoras de sueños.

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