jueves, 24 de julio de 2014

Nadando en la nada

Viajaba cargada de posibles transformaciones, difuminando finales y perfilando inicios. Seducida ciegamente por presentes ficticios. Como si fuese aprendiz en esto del afecto y el cariño. Como si nada hubiese existido y aterrizase en un planeta encontrándome contigo. 
Tú nada sabías de esas vidas en las que eras protagonista. Ni siquiera vislumbrabas las pinturas que creaba, en las que te fundía y me desleía, jugando a derretir los sentidos en una hermosa anarquía; encarnando pasiones libres de moral y rutina, abriendo el telón al encanto de la lírica, improvisando una historia que jamás nacería.
Nadaba entre la verdad y la utopía, hallándote  aquella mañana... perdiéndote al mediodía. Chocando la ilusión con su enemiga. Ahogándome en tu océano, perdiéndote en la brisa, quedando vacía en la orilla. 
Ahora vuelvo a ser vagabunda en el universo, mendigando sueños en espirales de espejismos, al compás de una canción que aúlla sin sonido. Desde aquí aún veo flotar sobre un tronco mis bocetos, allí dónde nos despedimos, dónde en un instante tu mirada se abrazó al recuerdo, convirtiendo todo en un dulce... pero triste cuento.



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